Coma
Escuchaba voces, algunas me eran familiares, otras en cambio me eran completamente desconocidas.
Debía de estar tumbado porque no notaba mis piernas, ni tampoco los brazos. Parecía como si mis miembros se hubiesen separado de mí, como si ya no me pertenecieran.
¿Y por qué no podía abrir los ojos? –me preguntaba a mi mismo........Puedes leer el resto del relato en el libro "Origen"